Huertas en Casa: 6 Razones para cultivar nuestro alimento

cultivos de verduras en casa

Cultivá tu propio alimento! En las huertas en casa se puedan cultivar verduras, frutas o hierbas aromáticas, sin pesticidas ni agroquímicos. Podés armar una pequeña línea junto a una ventana o tener un patio lleno de plantas, todo vale! Animate, tomá el control sobre tu propia alimentación, tu salud y la salud del planeta!

Fotos: ecohome.

Por qué cultivar nuestro propio alimento en Seis Simples Razones

  1. Relacionarnos con lo que comemos

    No sabemos exactamente qué comemos, elegimos entre ultraprocesados con etiquetas de ingredientes impronunciables y productos importamos de NoSeDónde que no tenemos ni idea cómo fueron hechos, o entre frutas ganadoras de concursos de belleza y animales sometidos a terrores inimaginables. Entonces, conocer de dónde sale y cómo crece la mostaza o cultivar un perejil en tu ventana, es una buena manera de romper ese círculo vicioso, de empoderarnos al producir en lugar de consumir, de conocer lo que comemos, de amar lo que vimos crecer, lo que nos esforzamos con gran dedicación por cultivar. Es decir, vas a valorar el ciclo de vida de lo que llevas a tu mesa.

  2. Entender (y evitar) los agroquímicos

    Los agroquímicos tienen un impacto tan grande (contaminación del agua, deterioro del suelo, enfermedades, disminución de la biodiversidad, etc etc etc.) que no vamos a poder divisarlo completamente desde nuestra huerta en macetas, pero sí vamos a entender la importancia de cultivar comida sin envenenar la tierra ni a nosotros mismos. Si no cultivás o comprás orgánico, seguro estés consumiendo fertilizantes y pesticidas en esa colorida ensalada. Bañarías en veneno a la lechuga que crece en tu jardín y vas a llevar a tu plato, al de tus hijxs? Cultivando ponemos los agroquímicos en evidencia, dejamos de “mirar para otro lado”, apostamos por modos de producción que equilibren nuestra alimentación con nuestra salud y la del planeta.

  3. Valorar a campesinos y agricultores

    En el supermercado es fácil olvidar que lo que comemos viene de la tierra y requiere MUCHO trabajo de otras personas. Estas personas muchas veces tienen un trabajo largo, arduo y extenuante, generalmente mal pago, viviendo situaciones de vulnerabilidad, que en la ciudad ni nos enteramos. Tener tomates cherry en la ventana no va a cambiar esa realidad, pero experimentando las dificultades del cultivo podemos empezar a empatizar con la gente que cultiva la tierra, apoyar sus causas, ver su esfuerzo y entender, aunque sea mínimamente, algunas de las dificultades de las personas cuya subsistencia depende de la agricultura.

  4. Ver la belleza y la otra belleza

    Plantas torcidas, más y menos verdes, hojas poco uniformes, mordiscones de bichos, colores variados… todo es hermoso cuando lo cultivaste vos con tus propias manos, aunque no sean dignas de las pasarelas que impone el mercado. Un tercio de la comida producida se desperdicia, y estos estándares de belleza son parte del problema. Ver que esta “perfección” no crece naturalmente, nos ayudará a entender que el valor de lo que comemos no está en su apariencia, sino que va por dentro.

  5. Creer y crear, no comprar

    Creer que podemos generar un cambio positivo y crear nuestras propias huertas. Cultivar una espinaca en casa, alimentarnos de una manera sustentable y saludable, amar lo que comemos, empatizar con todas las formas de vida y alejarnos del acto irreflexivo de consumir. Sembrar nos aleja del modelo del consumidor pasivo, nos da poder y autonomía, algo que no traen las bolsas del supermercado.

  6. Educar en casa

    Compartir esta experiencia con toda la familia, sobre todo con lxs peques, es fundamental para enseñar el sentido de responsabilidad, amor y respeto por la naturaleza. El esfuerzo, la empatía con lxs otrxs, el fomento del consumo responsable y el interés por comer sano, por cuidar el planeta… todo mientras pasamos tiempo en familia. Un futuro diferente está creciendo en casa, con tus hijxs pero también con tus macetas.

huerta vertical en casa

Soberanía Alimentaria es el derecho de los pueblos a alimentos nutritivos y culturalmente apropiados producidos a través de métodos sostenibles y saludables. Es su derecho a definir sus propias políticas y sistemas alimentarios y agrícolas.